El Consejo General de la Psicología de España tiene en marcha un Programa de Formación Continuada a Distancia (FOCAD) con la finalidad de promover la actualización científico-profesional de los/as psicólogos/as colegiados/as en diferentes campos de la intervención psicológica (Psicología Clínica y de la Salud, Psicología Educativa, Psicología del Trabajo, las Organizaciones y los Recursos Humanos, Psicología de la Intervención Social, Psicología de la Actividad Física y el Deporte, Psicología Jurídica, Psicología del Tráfico y de la Seguridad, etc.).
Gehiago irakurri
07
Urr, 21
JÓVENES PSICÓLOGOS EMPRENDEDORES 2021
Con el objetivo de fomentar la iniciativa, la creatividad e innovación de los jóvenes psicólogos/as españoles y de los países latinoamericanos, PSICOFUNDACIÓN con el patrocinio de la Facultad de Psicología de la UNED, Centro de Enseñanza Superior Cardenal Cisneros, Universidad Camilo José Cela, Universidad Nebrija, Universidad Complutense de Madrid, Giuntieos Psychometrics y Tea Ediciones, en colaboración con el Consejo General de la Psicología de España y la Federación Iberoamericana de Agrupaciones y Colegios de Psicología FIAP, convocan la XI Edición del Premio PSICOFUNDACIÓN Jóvenes Psicólogos Emprendedores 2021.
El Premio tienen dos categorías:
Iniciativa Investigadora
Iniciativa Empresarial
El Premio tendrá una dotación económica de tres mil euros (3.000€) para cada categoría.
El plazo de presentación de candidaturas: desde el 1 de junio hasta el 31 de julio de 2021.
Gehiago irakurri
24
Eka, 21
DECLARACIÓN INSTITUCIONAL DEL CONSEJO GENERAL DE LA PSICOLOGÍA CON
MOTIVO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
A las puertas del aniversario del Estado de Alarma que nos introdujo de lleno en la pandemia por coronavirus, este 8 de marzo conmemoramos el Día de la Mujer, una fecha cargada de simbolismo y de reivindicaciones por la igualdad real, y que en esta ocasión se ve atravesada por el insólito contexto de la emergencia sanitaria en que nos encontramos.
El COVID-19 no solo ha vuelto nuestras vidas del revés, sino que ha sacado a la luz desigualdades enquistadas en nuestra sociedad que no resultaban tan evidentes. La pandemia ha demostrado la dependencia que como comunidad tenemos de las mujeres, tanto en los servicios esenciales (según el Instituto Nacional de Estadística, ya hay más mujeres médicas que hombres, y en profesiones como la psicología o la enfermería, la proporción supera el 80%), como en el ámbito del hogar (los cuidados no remunerados continúan recayendo mayoritariamente sobre las mujeres).
Entre las consecuencias de la pandemia, se han evidenciado las desigualdades estructurales de nuestra sociedad en todos los ámbitos: económico, sanitario, de protección social… Y las restricciones han supuesto una grave amenaza para los derechos de las mujeres, conquistados con gran esfuerzo pero que se han demostrado extraordinariamente frágiles.
Los hogares, en los que tuvimos que encerrarnos durante meses y en los que aún continuamos pasando muchas más horas de lo habitual, no son espacios seguros para las mujeres afectadas por la violencia de género. No se puede ignorar que, según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer de 2019, en España cerca de 2.200.000 mujeres afirmaban haber sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja o expareja en el último año: hay miles de hogares en los que la consigna “quédate en casa” implica un mayor riesgo de sufrir violencia, tanto para las mujeres como para sus hijos e hijas.
Varios estudios científicos concluyen que las mujeres sufren un deterioro de su salud mental en el contexto de la pandemia, presentando un mayor estrés y más trastornos depresivos o de ansiedad, a consecuencia del entorno laboral y las cargas derivadas de los roles de género, como los cuidados, también los emocionales.
Las medidas restrictivas, los cierres de los centros educativos, de los centros de día y otros recursos asistenciales para el cuidado y la atención a niños, niñas, adolescentes y personas dependientes, ha recortado también los derechos de las mujeres, ya que es en ellas sobre quien más recaen los cuidados. Cuando desaparecen los servicios públicos, las mujeres son las grandes perdedoras que renuncian a su actividad profesional total o parcialmente (a través de reducciones de jornada, con trabajos más precarios y peor remunerados) para prestar los vitales cuidados a los hijos e hijas y a personas dependientes. Si antes de la pandemia, las mujeres asumían más del doble del trabajo de cuidados no remunerado, esta cifra es previsible que haya crecido en los últimos 12 meses. Esta labor esencial es un impulsor de desigualdad, al no ser asumida con una distribución equitativa, y está estrechamente relacionada con otras cuestiones como la brecha salarial, o la carga mental, con sus importantes repercusiones a nivel psicológico.
En la importante tarea que tenemos por delante de reconstrucción social y económica, desde el Consejo General de la Psicología consideramos imprescindible que las administraciones incorporen la perspectiva de género para corregir las graves repercusiones que el COVID-19 ha tenido sobre las mujeres. La violencia de género y el reparto equitativo y corresponsable de los cuidados; pero también propiciar la participación de las mujeres en este proceso puede ser una importante oportunidad para que esta terrible vivencia no suponga un retroceso en los derechos de las mujeres, sino todo lo contrario. Un camino hacia la igualdad real.
Gehiago irakurri
05
Mar, 21
A lo largo de las dos décadas en que conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer desde que fue aprobado por la Organización de las Naciones Unidas en 1999, jamás habíamos vivido una crisis global del alcance de la que estamos experimentando por la pandemia del COVID-19, que ha permeado en todos los asuntos de nuestra sociedad, incluido el de la violencia contra las mujeres.
Las brechas de género se han profundizado ostensiblemente a lo largo de estos meses, y continúan ahondando más aún, sin que tengamos un horizonte inmediato en el que sea previsible que se revierta la situación. Es imprescindible que apliquemos un enfoque de género a la hora de analizar el nuevo contexto que ha trazado el coronavirus, porque desde luego, las mujeres son protagonistas en esta escena y están sufriendo sensiblemente sus consecuencias. La mayoría de las personas que ejercen en el ámbito sanitario son mujeres; las limitaciones y restricciones han traído una grave crisis de cuidados que ha recaído nuevamente sobre los hombros de las mujeres; y el riesgo de sufrir violencia de género se ha incrementado de manera notoria.
De hecho, los servicios públicos que atienden a las víctimas de la violencia machista han experimentado un notable incremento en la demanda desde el mes de marzo, en comparación con los mismos períodos de 2019. El confinamiento y las restricciones posteriores crean las condiciones idóneas para aumentar los conflictos, sumado a las tensiones por motivos económicos, laborales, de salud, etc.
El tiempo de convivencia entre la víctima o víctimas y su agresor se ha incrementado, con situaciones de especial intensidad como el total confinamiento o los períodos de cuarentena. Así mismo, las rutinas diarias se han alterado y facilita que aumenten los conflictos cotidianos. Una "tormenta perfecta" de la que advirtió la ONU, que instó a los gobiernos a incluir la prevención y la reparación de los casos de violencia de género contra las mujeres en sus planes nacionales contra el COVID-19.
Planes y estrategias que deben contar con una adecuada atención psicológica, la principal necesidad identificada por las víctimas, según recoge la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, realizada por el Ministerio de Igualdad y publicada este año. La pandemia ha puesto a prueba la capacidad de los servicios públicos para prestar atención a las víctimas, por lo que es imprescindible que la accesibilidad a los servicios de psicología esté garantizada.
Así mismo, desde el Consejo General de la Psicología consideramos determinante que las distintas administraciones públicas realicen una evaluación del impacto de género que tiene y tendrá esta pandemia; un diagnóstico que debe incorporar la óptica de la ciencia psicológica, imprescindible tanto en el ámbito de la prevención como en el de la planificación de la respuesta.
Al mismo tiempo, deseamos trasladar nuestro apoyo, afecto y solidaridad a las familias y seres queridos de las víctimas de violencia de género, ya que en este año han sido asesinadas al menos 41 mujeres y 3 menores; crímenes cuya consecuencia son además 23 niños, niñas y adolescentes en situación de orfandad.
Gehiago irakurri
24
Aza, 20