DÍA DEL REFUGIADO: DECÁLOGO DE ACTUACIÓN PSICOLÓGICA

CON MOTIVO DEL DÍA DEL REFUGIADO EL COP GIPUZKOA PUBLICA UN DECÁLOGO DE ACTUACIÓN

PSICOLÓGICA CON PERSONAS MIGRANTES, REFUGIADAS O SOLICITANTES DE ASILO

En el Día Mundial del Refugiado, que se celebra cada 20 de junio, conmemoramos su fuerza, valor y perseverancia. Esta celebración nos brinda la oportunidad de mostrar nuestro apoyo a las personas que se han visto obligadas a huir.

Desde el Colegio Oficial de la Psicología de Gipuzkoa nos hacemos eco de la situación de extrema vulnerabilidad en la que se encuentran las personas que tienen que migrar a otro país, huyendo de situaciones traumáticas, dejando atrás su hogar, su familia, trabajo y red social, en busca de un refugio seguro en un país europeo. La Psicología como profesión tiene los conocimientos y herramientas que pueden ayudar a paliar el daño psicológico que supone la vulneración sistemática de los derechos humanos de estas personas. Desde la Psicología se trabaja en la restauración de su identidad y de su dignidad, se colabora en su acogimiento y búsqueda de un lugar en nuestra sociedad, permitiendo a su vez un efecto doblemente beneficioso ya que también dignifica a la sociedad de destino dando un sentido de restauración del daño que se causa a las personas migrantes desde nuestra comunidad europea.


Así pues, queremos recordar las acciones que realizan concretamente los y las psicólogas del ámbito de la Intervención Social en el momento de la acogida:

1. Apoyo del bienestar psicosocial y de la salud mental de las personas refugiadas. Auxiliar a personas en peligro, de una manera humana y comprensiva.
   
   
2. Proporcionar información acerca de: Servicios, apoyos, Derechos y obligaciones legales.
   
   
3. Orientar hacia una psicoeducación pertinente y el uso de un lenguaje apropiado, evitar el uso de términos clínicos en entornos no clínicos.
   
   
4. Priorizar la protección y el apoyo psicológico y social de niños y niñas, con especial atención a los no acompañados, también a las personas con necesidades especiales y a las mujeres.
   
   
5. Fortalecer el apoyo familiar.
   
   
6. En el caso de pérdidas de algún familiar, la opción de un entierro digno, movilizar a personas de la misma formación religiosa para asistir al mismo y apoyar a las familias.
   
   
7. Realizar intervenciones culturalmente relevantes y garantizar una interpretación adecuada. Priorizar el uso de la figura del mediador.
   
   
8. No iniciar tratamientos psicoterapéuticos que necesiten un seguimiento si no va a ser posible una continuidad.
   
   
9. Proporcionar atención adaptada a las necesidades de las personas que sí que van estar una temporada más larga y que muestran signos y síntomas de estrés crónico y múltiple.En caso de detectar sintomatología clínicamente compatible derivación a profesionales especializados del área de salud
   
   
10. Atender a las personas intervinientes desde el ámbito en que desarrollen su labor de atención y monitorear y gestionar su propio bienestar emocional.